Se suele decir que lo que más miedo provoca a los opresores es que
los oprimidos pierdan el miedo. Y eso es precisamente lo que está
sucediendo en este país, donde se ha llegado a un punto en que hasta
los niños y niñas de 14 años hacen frente a la imposición por la fuerza
de unos recortes en Educación que en un país culto y democrático podrían
ser calificados hasta de “criminales”.
Las calles de cada vez más ciudades y pueblos de España empiezan a
convertirse en un verdadero hervidero de quienes empiezan a sufrir en
carne propia las consecuencias de una crisis creada y sostenida de
manera deliberada para justificar el desmantelamiento total y absoluto
de lo poco que queda de propiedad pública en nuestro país.
Ver a cientos de adolescentes cogidos de los brazos, unidos,
sosteniéndose y apoyándose unos a otros mientras a unos metros un
desproporcionado número de antidisturbios armados hasta los dientes y
protegidos por decenas de furgonetas blindadas se disponían a
machacarlos dice mucho de la situación de un país, de la miseria de un
régimen y de la valía de una generación que está floreciendo en las
condiciones más difíciles, y que aún sufrirá la más brutal represión que
ha conocido este país desde la dictadura.
Ver como las calles de toda España empiezan a convertirse en un
auténtico hervidero de reivindicaciones por lo público – por lo de todos
aunque haya quien aún no lo quiera entender – parece ser la luz al
final del túnel que la sociedad española viene atravesando desde hace
décadas, y a la que aún le queda un buen trecho por recorrer antes de
abandonar la oscuridad que nos han impuesto y nos siguen imponiendo
políticos miserables, banqueros criminales e instituciones financieras
internacionales despreciables.
Y esa luz al final del túnel no es otra que la del fin del miedo. El
miedo, ese monstruo implacable que nos encierra en casa, que nos cierra
la boca y nos atenaza los músculos. Pero el fin del miedo empieza a
apoderarse de jóvenes y viejos; de hombres y mujeres, de estudiantes,
profesores, médicos, ingenieros, escritores, poetas, y se contagia más
rápido incluso que el propio miedo.
Se acabó el callar, se acabó el esconderse, se acabó el miedo.
1 DE MARZO, HUELGA GENERAL DE ESTUDIANTES! LA EDUCACIÓN NO SE VENDE, SE DEFIENDE!
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